Cuando Catalina Hernández era pequeña, siempre conversaba con su mamá sobre el diseño de los productos locales que retratan la tradición chilena, la cultura y las historias. Según su perspectiva, eran aburridos y muy poco atractivos. Esa fue la premisa que la incentivó a diseñar objetos únicos que reflejaran muy bien el carácter y la identidad chilena, pero con algo distinto; un sello personal y pop.

Catalina estudió diseño y un máster en negocios. Poco a poco fue creando artículos que consideraba interesantes para el público y al mismo tiempo, daba forma a lo que sería  la marca KaiKai. Luego se arriesgó y abrió una tienda en Drugstore. Poco después, su madre, Rebeca Infante, dejó de trabajar en colegios haciendo clases de historia y se sumó como socia a esta aventura que hoy es un imperdible de nuestra galería comercial.

Kaikai es una marca que ha ido ganando terreno y se ha vuelto reconocida, lo que les permitió abrir una segunda tienda en Lastarria y mantener ventas por internet también, con un equipo de once personas. Y el objetivo sigue siendo el mismo: llevar la identidad chilena a todos los rincones del mundo, desde cómo hablamos, lo que nos gusta comer, cómo nos vestimos y hasta nuestro sentido del humor.