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23 julio, 2019

GUÍA NEEDLE: BREVE INTRODUCCIÓN A LOS AUDÍFONOS

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Los audífonos son una herramienta de primera necesidad en la música. Ya sea en uso profesional o en audición libre, implica características específicas. ¡Revisamos en esta nota conceptos que definen funcionalidad y calidad de sonido!

Audífonos: ¡Estructura base dividida en 4 partes! 

A grandes rasgos, los audífonos se dividen en cuatro piezas: Diadema, altavoces, almohadillas y cables. La diadema es el cintillo que cubre la cabeza, cuyo grosor define su comodidad para la audición en casa o en uso portátil. Es importante definir el grado de resistencia, buscando un rendimiento que garantice su protección y duración sin dañarse.

Los altavoces reproducen el sonido en tus oídos, es decir, es la pieza central. Su diámetro está definido por el diseño y a su vez determina las características de audio.

Las almohadillas otorgan comodidad al oído y atenuación a los altavoces, ofreciendo aislación exterior y espacio sonoro.

Finalmente, el cable es un punto estratégico, dado que en su mal uso se generan las principales falencias. Es necesario protegerlo de nudos y no doblarlo en exceso. Tampoco hay que tirarlo, por lo que se sugieren modelos con el conector en “L” que evita un daño involuntario.

Diseños de un audífono

La composición de las partes de un audífono genera tres tipos de fonos. Comenzamos por los In-Ear, modelos sin diadema insertos en el oído. Sirven para uso portátil, hacer deporte, compactos y livianos. El uso de diadema divide los audífonos en On-Ear (Supraurales), modelos con almohadillas delgadas que se acoplan a tu oreja, ofreciendo aislación básica para uso portátil, o bien los modelos Over-Ear (Circumaurales), cuya almohadilla y altavoces son más grandes, más gruesos, con aislación total y un sonido de calidad superior. Aquí la comodidad juega un rol clave, al ser modelos para uso profesional o propiciar audición durante horas.

Características técnicas

Existen tres variables técnicas que debes contemplar al analizar el audio: Impedancia, frecuencia y sensibilidad. Impedancia es la resistencia interna al uso de corriente, se mide en ohmios y a mayor índice, mejor sonido, mientras que a menor impedancia, mayor volumen. Ojo acá, dado que el nivel de volumen no es lo mismo que la calidad del audio. En algunos casos necesitaremos un amplificador que permita aumentar la señal según una alta impedancia.

La frecuencia, a su vez, se mide en hercios (Hz) y el oído humano percibe entre 20-20.000 Hz. Esta medida no sufre grandes variaciones entre uno y otro modelo, pero sí puede destacar sus frecuencias bajas, graves o altas, según el tipo de audio para el cual fue diseñado. La sensibilidad es el índice de volumen y lo medimos en decibeles (dB). Un factor clave, dado que usar audífonos con volumen alto está dañando tu audición a futuro. Se recomienda un índice inferior a 100 dB.

Un modelo para cada uso

El diseño de un audífono se enfoca en un óptimo uso. Así un modelo puede estar orientado a audición portátil en la calle, de viajes o en exterior. Algunos incluyen opciones plegables para guardarlos sin estar expuestos a quiebres o golpes. Otra tecnología incluida son los puertos Bluetooth, suprimiendo el cable por una conexión inalámbrica.

Por contraste, los modelos para interior son más grandes o pesados, con componentes de mejor calidad pensados en uso profesional, requiriendo aislación para monitorear sonido, edición y masterización o bien un DJ Set en un ambiente ruidoso.

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